MARÍA SANZ-PASTOR, presidenta de la Asociación Madrid con la Dislexia
“El profesor debe conocer la dislexia
y cómo tratarla en el aula para lograr normalizarla”
La dislexia es un trastorno del aprendizaje lectoescritor muy frecuente, de hecho, el 15% de la población mundial tiene este problema. Sin embargo, en ocasiones nuestro sistema educativo no contempla este trastorno y sus implicaciones a la hora de desarrollar sus estrategias educativas, lo que dificulta el aprendizaje para este alumnado, que debe realizar un esfuerzo ímprobo para alcanzar el nivel deseado. De hecho, según datos de la asociación Madrid con la Dislexia, uno de cada dos niños con dislexia no llega al Bachillerato y el 40% de todo el fracaso escolar en España está relacionado con esta situación.
Profesores en acción ha entrevistado a la presidenta de esta asociación, María Sanz-Pastor.

En la foto de izq. a dcha: Carmen Blanco, Soledad García Viedma, Almudena Muñoz-Rojas, Kathryn Hart, Margarita Cubillo, María Sanz-Pastor, Gloriana Hernanz.
Cuando hablamos de dislexia ¿a qué nos estamos refiriendo?
La dislexia es un trastorno que afecta al aprendizaje lectoescritor y, en etapas posteriores a dicho aprendizaje, a los procesos cognitivos en los que está presente la lectoescritura. También quedan en muchas ocasiones afectadas la memoria a corto plazo, la lateralidad… Hay que tener claro que la dislexia no es una discapacidad. La dislexia no es una enfermedad. Uno nace con dislexia y tiene dislexia. Ello supone que su cerebro está estructurado de forma distinta al de las personas que no tienen dislexia. El cerebro es como un ordenador. Sus canales de acceso a la información, a la data de su cerebro, están deteriorados o ralentizados, pero su data, su cerebro está perfecto, el único problema es como acceder a la información y como sacar o compartir la información que tiene. Ello se va a manifestar en problemas o dificultades de aprendizaje, sobre todo en lectoescritura.
¿A qué edad se puede detectar un problema de dislexia?
La detección precoz es esencial, cuanto antes mejor. A los tres y cuatro años se pueden detectar anomalías o cosas que no están bien: niños que no aprenden las rimas propias de la etapa, que tienen dificultad al nombrar los colores, en muchos casos dificultades de pronunciación, problemas de conciencia fonológica, no identifican la primera letra de las palabras. En estos casos es conveniente recurrir a la historia familiar, por el fuerte componente genético de la dislexia.
De cualquier manera, se puede empezar a trabajar en esos retrasos o dificultades independientemente de que el alumno vaya a desarrollar dislexia o no. Así, se van eliminando barreras en el aprendizaje, se van solucionando problemas y se está alerta en el proceso de aprendizaje lectoescritor. Los métodos fonológicos ayudan mucho en el proceso. El aprendizaje multisensorial, tocar las letras, manipularlas, pintarlas ayudará al niño en el proceso también son muy importantes
Como profesores, ¿cómo podemos darnos cuenta?
A la edad de 4 y 5 años es frecuente que los niños cometan fallos que son considerados rasgos disléxicos: escritura en espejo, rotación de algunas letras, dificultades al leer sílabas trabadas (calvo por clavo), silabas inversas. Para detectar a los niños que pueden presentar una dislexia con rasgos más graves y permanentes de los que presentan un retraso madurativo propio de la edad: en niños que todavía no tienen la madurez necesaria el perfil es armónico en la mayoría de las áreas de desarrollo. En un niño con dislexia existe mucha diferencia de madurez entre las diferentes áreas del desarrollo: unas estarán en claro desfase mientras otras presentan una evolución totalmente adecuada.
En niños mayores es muy común la falta de prosodia en cursos como 5º y 6º de Primaria, donde pueden llegar a presentar incluso lectura silábica. También presentan una dificultad tremenda para recordar ortografía arbitraria.
¿Se corrige?
Uno tiene dislexia toda su vida y en cuanto está bajo presión de tiempo o con conceptos nuevos suele salir a relucir. Si bien es cierto que con la terapia adecuada se llega a normalizar la dislexia y debería dejar de ser un problema. Se le enseña a saber solucionar los problemas que se le puedan presentar derivados de la dislexia y cómo afrontarlos, de manera que no tenga problemas en su vida diaria, ya sea en la etapa educativa o laboral.
¿Qué podemos hacer para ayudar a un alumno con esta dificultad?
Lo primero es tener empatía y humanidad. El profesor tiene debe de tener en cuenta que el niño con dislexia necesita más tiempo para realizar sus tareas y que la fatiga es mayor. Hay que respetar su intimidad, cuidar su autoestima, el niño es muy consciente de que algo no va bien. Hay que conocer su dislexia, cómo se manifiesta, sus dificultades específicas y ayudar desde su intervención a eliminarlas. Es esencial una comunicación fluida entre el colegio, la casa y el logopeda. Trabajando todos en una misma dirección y creando un clima de apoyo incondicional y favorable para el niño.

El profesor tiene debe de tener en cuenta que el niño con dislexia necesita más tiempo para realizar sus tareas y que la fatiga es mayor (fuente: chiquitajos.com)
¿Cuál debe ser el papel del profesor?
El profesor es esencial. El profesor debe conocer la dislexia y cómo tratarla en el aula para lograr normalizarla. El profesor lo es todo de 9 a.m a 5 p.m, por eso debesaber qué adecuaciones necesita ese niño, cómo llevarlas a cabo sin que por ello el niño se sienta distinto. Debe conocer a metodología multisensorial, cómo trabajarla y aplicarla en el día a día para facilitar el aprendizaje. Debe poder ver el potencial del niño con dislexia, valorarlo igual que a otro niño. Es importante que valore el esfuerzo, que siempre refuerce el éxito, que vea la progresión individual del alumno, no todo el camino que le queda por recorrer. El niño se tiene que sentir querido y valorado en el aula por sus compañeros y por el profesor.
Hay que evitar forzarle a leer en voz alta.
¿Y el de las familias?
Es esencial que la familia que se involucre de lleno. Que conozca la dislexia y cómo poder ayudar a su hijo. Va a convertirse en el abogado defensor de su hijo en el colegio cuando las cosas no vayan bien. En el apoyo emocional de su hijo en el día a día, va a ser el ‘coach’ o entrenador personal de su hijo. Necesitará mucha paciencia. La dislexia y la educación son una carrera de fondo. Debe de saber cómo proteger la autoestima de su hijo, debe de ayudarle en casa con los estudios, independientemente de la terapia, debe de estar siempre presente, mostrando su apoyo incondicional. Debe intentar lograr transmitir optimismo, que cree en el potencial de su hijo y que, aunque suponga un gran esfuerzo, merece la pena. Que no se sienta solo en las dificultades diarias
¿Existen técnicas especiales para facilitar su aprendizaje?
La metodología multisensorial es la gran aliada. Es muy importante utilizarla en el aula, facilita el aprendizaje no solo del niño con dislexia, también del resto de sus compañeros. En paralelo, el uso de nuevas tecnologías supone un gran avance y las técnicas de estudio como los mapas mentales son de gran ayuda.
¿Cómo traslado a mi clase que un alumno necesita un refuerzo especial frente al resto?
¿Le quitarías las gafas al miope? Entonces ,cómo no voy a ser capaz de ayudar a un alumno con dislexia. Debería explicarles qué es la dislexia y cómo afecta, contándolo con total normalidad y sin ningún tipo de prejuicios, explicando el porqué de cada ayuda. Debería hacer énfasis en lo mucho que puede aportar un alumno con dislexia al resto del grupo, poniendo el acento en los puntos positivos, por ejemplo su forma de ver las cosas, su creatividad… y haciendo referencia a los grandes inventores del siglo XX que tuvieron dislexia.
Si necesito más información, ¿dónde debo acudir?
Es esencial un informe diferencial, diagnóstico o dictamen. Los protocolos de detección y actuación no están claros en la Comunidad de Madrid. El profesor debe recurrir al Departamento de Orientación correspondiente. Los padres pueden acudir al pediatra, quien remite a otros profesionales para un diagnostico diferencial. La reeducación necesaria la llevará a cabo un logopeda. A veces es necesario complementarla con psicomotricidad.
La Asociación Madrid con la Dislexia presta un servicio de orientación tanto a familias como a profesores
Materiales para el aula:
* Guía Madrid con la Dislexia